La Poesía
Cuento hormigas que vienen desde lejos.
En sus patas el mundo se dibuja.
Tienen prisa, me digo en un bostezo
tan largo y tan azul como una ausencia,
como un temblor lejano, como un pan sin misterio.
De repente, la urgencia por lo urgente no me importa.
Me tomo sorbo a sorbo el mediodía.
Descubro cuatro pliegues en el viento
y me olvido del tiempo en una silla.
Entonces llega ella, no la espero,
Sin pedirme permiso, me domina.
Me dicta cascabeles sin relojes.
Me pinta ombligos, valles, melodías.
Me rompe las agendas, los temores,
los libros, la cordura, la mentira.
Abre su boca,
vomita un arcoíris,
por su oreja se escapan mil palabras.
En su seno alimento mis consignas;
en su sexo, naufraga la mirada.
Toco su cuello con mis pensamientos.
Mi mano busca en vano su sustancia.
Entonces ella llega, yo la escribo
y retorno a mi urgencia,
..., y a mis ansias.
©Luis Carvajal
La Poesía
Cuento hormigas que vienen desde lejos.
En sus patas el mundo se dibuja.
Tienen prisa, me digo en un bostezo
tan largo y tan azul como una ausencia,
como un temblor lejano, como un pan sin misterio.
De repente, la urgencia por lo urgente no me importa.
Me tomo sorbo a sorbo el mediodía.
Descubro cuatro pliegues en el viento
y me olvido del tiempo en una silla.
Entonces llega ella, no la espero,
Sin pedirme permiso, me domina.
Me dicta cascabeles sin relojes.
Me pinta ombligos, valles, melodías.
Me rompe las agendas, los temores,
los libros, la cordura, la mentira.
Abre su boca,
vomita un arcoíris,
por su oreja se escapan mil palabras.
En su seno alimento mis consignas;
en su sexo, naufraga la mirada.
Toco su cuello con mis pensamientos.
Mi mano busca en vano su sustancia.
Entonces ella llega, yo la escribo
y retorno a mi urgencia,
..., y a mis ansias.
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